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Mis queridos amigos, ¡alabados sean Jesús y María!

  1. El 25 de noviembre de 2025 la vidente Marija recibió el siguiente mensaje mensual: 

“Queridos hijos: en este tiempo de gracia los invito a seguirme. Oren por aquellos que no oran, ni desean la paz y la alegría que sólo el Altísimo puede dar. Que sus almas estén unidas en la alegría de la espera, y su corazón será colmado de paz. Estén convencidos, hijitos, de que todo irá bien y que Dios lo bendecirá todo, porque el bien que hacen volverá a ustedes y la alegría envolverá su corazón porque están con Dios y en Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.”  (Con aprobación eclesiástica)

2. Para celebrar mejor la Navidad, les propongo desde ahora a que entremos juntos en el pobre establo de Belén. Allí encontraremos a las tres personas más extraordinarias que jamás hayan vivido en la Tierra. Invitados por Jesús, entremos y ocupemos nuestro lugar en su familia, ¡que también es nuestra propia familia! Dejémonos amar por José, como Jesús se dejó amar por él; dejémonos amar por María, así como Ella amó a Jesús; y dejémonos amar por el mismo Niño Jesús.

¡Descubramos a San José! José era un “justo”, un carpintero de Nazaret, comprometido con una joven llamada María (Mt 1, 18). El calificativo de justo (en hebreo Tsadik) significa que vivía “ajustado” a la voluntad de Dios, en sintonía con su sabiduría. Es el hombre de las Bienaventuranzas que tiene sed de vivir en comunión con Dios. Estaba imbuido de esa sabiduría que le permitía sentir lo que Dios esperaba de él, lo que estaba en conformidad con el plan divino. Era un hombre de buenos consejos. San José provenía del linaje real, elegido por Dios entre todos los hombres como el más digno, el más íntegro en su humanidad, para estar junto a María. No era, como algunos lo ven, un hombre amable del pueblo de Nazaret que María habría elegido por su honestidad y su rectitud, o porque era reconocido como un buen carpintero. 

San José escuchaba a Dios y escrutaba la Torá. Se alimentaba de las Escrituras. Tenía esa delicadeza interior y espiritual que le permitía comunicarse con los pensamientos de Dios. Su silencio era un silencio de profunda escucha; no quería interferir con la palabra de Dios.

¡En nada parecido a ese anciano de edad avanzada que representan algunos artistas! ¿Cómo habría podido trabajar duro en un oficio que exigía tanta fuerza, huir a Egipto de noche con la tarea de cuidar de una joven madre y de su pequeño hijo, y luego de asegurar el pan de cada día a Aquel que se convertiría en el Pan de Vida?

Mons. Olier (gran místico del siglo XVII) decía que cada santo en la tierra manifestaba algo del alma de Cristo. Y san José es el santo que refleja la imagen de nuestro Padre Celestial. Había sido objeto de una elección absolutamente única por parte de Dios. Ningún otro santo tuvo el privilegio de ser investido del Espíritu Santo de una manera tan portentosa como San José, vista su misión de ser el icono del Padre.

¿Su trabajo? En la época de Jesús, ser carpintero era un oficio muy noble. No se limitaba a construir estructuras, sino que también hacía las veces de arquitecto, ya que de la estructura dependía la forma de la casa. También oficiaba de notario. Cerraba los acuerdos una vez construida la casa y estaba habilitado para firmar contratos. Era a la vez carpintero, arquitecto, notario, sabio y consejero espiritual, todo al mismo tiempo. Era el hombre elegido por el Cielo para convertirse en el jefe de la Sagrada Familia.

En el establo, me lo imagino muy ajetreado intentando proporcionarle a María un mínimo de comodidad, pero allí no hay nada y hace mucho frío. Debe sentirse humillado por no tener nada mejor que ofrecerle a su esposa para la llegada al mundo del Niño Dios.

Lo contemplo con detenimiento… y veo en él a un hombre humilde, responsable, que busca por todos los medios servir al misterioso plan del Padre Celestial para su Hijo Jesús. ¿Es necesario que Cristo, el Creador del mundo, tenga que ser acostado en un pesebre? Para un judío, aquello era impensable. Durante toda su vida, nuestro buen José, tan tierno de corazón, tuvo que adaptarse a los sorprendentes planes del Padre Celestial, porque el Salvador del mundo debía venir de incógnito a nuestra tierra, como el más pobre de los pobres, para asumir en sí mismo todas las pobrezas de nuestra humanidad herida por el pecado. ¿Quién no soñaría con tener semejante padre?

¡Oh, san José, te lo ruego, considérame como hijo tuyo! Te elijo como mi padre adoptivo y me arrojo en tus brazos. Condúceme por los caminos que el Padre Celestial ha elegido para mí, guíame con el mismo amor con el que guiaste al Niño Jesús que te fue confiado. ¡Abrázame contra tu corazón como abrazabas a tu pequeño Ieshua!

Con tu ternura incondicional, cura las heridas de mi infancia, ¡haz que se disipen todos mis miedos!

¡Descubramos a la Virgen María! Ella permanece en absoluto silencio y acepta junto a José la precariedad del lugar. Está agotada, porque tuvieron que andar mucho para encontrar un alojamiento adecuado, ¡y no lo encontraron! ¡También Ella tiene que adaptarse a las circunstancias! Sin embargo, no siente la amargura que podría haberle provocado la falta de hospitalidad de la familia de José para con ellos. Reza. Con su sonrisa y su docilidad, consuela a José como mejor puede. Todo su ser está absorto en el Niño que lleva en su seno y que pronto nacerá. Ya desde la Anunciación, le habla en el secreto de su corazón. Ella y Él ya son uno. Lo contempla en lo invisible y lo llama por su nombre: ¡Ieshua! ¡Pronto lo verá con sus propios ojos! Lo tocará, lo acariciará, lo apretará contra su corazón. Se derrite de gratitud hacia el Padre Celestial que se ha inclinado sobre su humilde sierva para hacerla Madre de su Mesías. Sabe que, de ahora en más, todas las generaciones la llamarán Bienaventurada.

En la Anunciación, María recibe del ángel Gabriel el distintivo que la sorprende: llena de gracia. Es la única vez que aparece en la Biblia y sólo se aplica a María. Ella está colmada, no hay ningún espacio vacío en ella; rebosa de la presencia de Dios. Y la Virgen María quiere darnos todo lo que posee, no se guarda nada para sí, porque Dios quiere que todos participemos de lo que Él ha puesto en Ella, hasta del privilegio único de ser Inmaculada. Por supuesto, sólo Ella es la «Inmaculada Concepción». Sigue siendo un privilegio único que Dios ha querido para Ella. ¡Pero este privilegio es una inmensa riqueza para nosotros! Pecadores como somos, este privilegio, lejos de separarnos, nos acerca a Ella. ¡Precisamente porque es la Inmaculada, nos ama tanto! Lejos de ser inaccesible debido a la inmensidad de sus virtudes, nos es infinitamente cercana, porque cuanto más puro es un corazón, tanto más es capaz de amar. Vemos claramente cómo el pecado altera en nosotros la capacidad de amar verdaderamente.

Me gusta ver en la Inmaculada a una Madre misericordiosa que sabe de qué ha sido preservada. Al igual que nosotros, María fue salvada por la Cruz de su Hijo, aunque de forma anticipada, con vistas a su maternidad divina. Es la primera de los salvados, la primicia de los redimidos. Nuestros pecados la hieren tanto como hieren a su Hijo, pero Ella responde derramando sobre nosotros los tesoros de su corazón virginal. Por eso está cerca de los pecadores. Se encuentra íntimamente cerca de los peores pecadores. ¡Su compasión por nosotros es inconmensurable! Cuanto más miserables, pecadores y mancillados nos sentimos, tanto más derecho tenemos a la cercanía de María. Ella nos conduce entonces hacia la fuente de la misericordia que brota del Corazón de su Hijo. En Ella y por Ella, todo se vuelve puro y bello, todo florece y renace. Basta con mirarla e invocarla para que toda fuerza del mal se aleje. De ahí su gran poder contra los demonios a nuestro favor.

Querida Mamá, al entrar en el pesebre, entro en tu mundo, ¡y vaya mundo! El mundo en el que Jesús vivió durante 30 años, un mundo de ternura y amor, un mundo en el que no cabe la dureza, un mundo que aniquila hasta las raíces del mal… Satanás nunca pudo penetrar en él; tu amor lo habría incinerado.

Oh llena de Gracia, ¡cuánto te necesito! Desde lo más profundo de mi pobreza, clamo a ti. Con alegría

 me tomo de tu mano, oh Madre, y así habitaré contigo todos los días de mi vida.

Oh, Niño Jesús, escondido en María, ¡eres el tesoro de los tesoros, el Salvador del mundo anunciado por los profetas! Estás impaciente por ver la luz del día, pero sólo José y María saben quién eres. Aunque eres un pequeño ser tan singular, vives en una unión total con tu Madre, una especie de fusión, y compartes todo lo que Ella siente.

De hecho, cuando un niño es concebido, aunque todavía no sea capaz de pensar, en su alma conoce el tipo de acogida que le reserva su madre. Su alma ya está plenamente presente, y no es minúscula como su cuerpo. Si su madre no desea esta vida, el pequeño comprenderá que no es bienvenido y se sentirá profundamente herido. ¡Porque el don de la vida debe ir acompañado del don del amor! Pero si su madre está feliz de dar vida, si bendice a Dios por el don infinitamente precioso de esta nueva criatura, entonces el pequeño comprenderá que su vida es hermosa, que vale la pena vivirla, y eso le permitirá crecer según la armonía que el Creador ha depositado en él. Estará bien equipado para afrontar las vicisitudes de la existencia que lo esperan.

Y Tú, Niño Jesús, ¡no podías soñar con una mejor bienvenida por parte de tu Madre! Incluso antes de verte con sus propios ojos, ya te amaba con todo su ser, escuchaba con deleite los latidos de tu corazón, no dejaba de rezar contigo, te cantaba canciones de cuna compuestas por ella misma…

Sí… el Niño Jesús en el seno materno, aunque ya era un pequeño ser independiente, vivía una unión, una fusión total con su madre en el soplo del Espíritu Santo que la habitaba. Estaba íntimamente unido a todo lo que vivía la Santísima Virgen. A los místicos les gusta decir que para Jesús el seno de su Madre era el paraíso mismo. María disfrutaba de la alegría mesiánica, en un acto de adoración constante. Siempre atenta a Dios, era todo amor, disponibilidad, alegría y júbilo, incluso en el seno de aquel pueblo duro y de mala fama de Nazaret.

Amado Niño Jesús, pienso en ti cuando comulgo durante la misa. Oro para que seas feliz en mi corazón, aunque esté muy lejos de poder acogerte en mí como María te acogió en su seno maternal. Sin embargo, a través de la Eucaristía, eres ese mismo Niño divino que busca el amor en el alma que lo recibe. ¡Eres y seguirás siendo el sediento de amor!

Me fascina la idea que tuvo Teresita con motivo de su primera comunión, a los 11 años. Se preguntaba cómo acoger en su pequeño corazón a un Dios tan inmenso, y encontró la mejor solución: invitó a la Virgen María a que viniera a ella para acoger a su Hijo, e invitó también a San José. En resumen, organizó en ella un maravilloso comité de bienvenida para Jesús. ¿Por qué no imitarla?

Querido Niño Jesús, te adoro en el seno de María, ¡y deseo entrar en esa contemplación que Ella vivía continuamente! Niñito Jesús que nacerás en Navidad, cuando tu madre te envuelva en pañales, ¿permitirás que te tome en mis brazos, como José, como los pastores que acudieron a verte? ¿permitirás que abrace el Cielo contra mi corazón, aunque solo sea por un instante?

  1. ¡Escríbele una carta al Niño Jesús por el aniversario de su nacimiento! Celébralo con amor y gratitud, como se celebra a una persona muy querida, ¡porque ese día en el mundo Él es el gran olvidado!

Querida Gospa, queremos unirnos de corazón a la novena de oración de la parroquia en tu colina del Podbrdo, del 16 al 24 de diciembre a las 14:00 horas. ¡Recibe nuestros humildes rosarios y bendícenos a todos con tu bendición maternal, a nosotros que recurrimos a ti con inmensa confianza!

 Sor Emmanuel + 

(Comunidad de las Bienaventuranzas) 

PS 1. No te pierdas este regalo para Navidad.  

¡Tu Ángel de la Guarda, tu gran amigo!

A lo largo de las páginas, a través de hechos sorprendentes y reales vividos por la autora, y de las enseñanzas extraídas de la Tradición cristiana, descubre a este precioso amigo tan deseoso de enriquecer tu vida cotidiana.

Está a tu lado día y noche, dispuesto a ayudarte, protegerte y guiarte por un camino mejor. 

En los momentos difíciles, llámalo en tu ayuda, tiene un poder inmenso, ¡no lo dejes inactivo!

Aprovecha ahora la oportunidad de entablar amistad con él, te espera para llenar tu corazón de alegría. Con él, nunca más te sentirás solo. 

Para conseguir la nueva edición ampliada en España puedes escribir a: afpersona@gmail.com

O llamar a los siguientes teléfonos: +34 629792849 / +34 609283706 / +34 676059594

Próximamente también en Argentina, editado por Paulinas bajo el título: 

Tu Ángel Custodio, ¡tu gran amigo!

PS 2. ¡Estamos en la recta final! El Año Jubilar “Peregrinos de la Esperanza” termina el 6 de enero de 2026. Todavía estamos a tiempo para aprovechar las gracias especiales concedidas por la Iglesia en esta ocasión. Cada día podemos obtener una indulgencia plenaria y liberar a un alma del Purgatorio. ¡Es extraordinario! ¿Y, si alguno de nuestros difuntos espera nuestra oración para ir al Cielo? De aquí al enero, ¿a cuántas personas podemos todavía ayudar? ¡Ofrezcámosles esa dicha! También nosotros nos beneficiaremos de su poderosa intercesión a nuestro favor.

Para obtener estas indulgencias se requiere: una confesión sacramental, una comunión durante una misa, una oración por el Santo Padre y realizar un acto de misericordia.

PS 3. El próximo Direct será el 28 de diciembre a las 21 (hora francesa).
La retransmisión del Direct del 26 de noviembre se encuentra en:
https://www.youtube.com/watch?v=Msvg8uS3W5E

PS 4. Estos son videos de algunas de las intervenciones de Sor Emmanuel en su reciente viaje a España:

Charla con Sor Emmanuel Maillard en Murcia (España)

“Vive la Santa Misa con el corazón”

Charla con Sor Emmanuel Maillard en Alicante (España)

“Deja que tu corazón sea puro”

Charla con Sor Emmanuel Maillard en Madrid (España)

“Elige tu camino al Cielo”

PS 5. ¿Quieres recibir todos los días en tu celular un mensaje de la Virgen para meditarlo e intentar hacerlo vida? Abre este enlace para unirte al grupo de WhatsApp: MENSAJES DE LA REINA DE LA PAZ, MEDJUGORJE: https://chat.whatsapp.com/Fu4yyO00LV59DRaHDQQoJN

Telegram: Children of Medjugorje en Español

https://t.me/cofmedjugorje

PS 7. ¿Te agrada escuchar audiolibros en tus momentos libres o durante tus viajes o distintas actividades? Puedes unirte a:

https://chat.whatsapp.com/EoqABy55hGH9VlX1YvMYLQ

Audiolibro: “El admirable secreto del Purgatorio”

PS 8. Pueden escuchar y aprovechar las catequesis del P. Justo Antonio Lofeudo en el Canal de YouTube Amar a Cristo, amar a la Iglesia. ¡No se las pierdan! Es un gran amante de Jesús Eucaristía y de su Santísima Madre. Allí encontrarán el Evangelio del día, sus homilías y distintas charlas de formación y catequesis sobre variados temas. 

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