Es un lugar en proceso de construcción. Decenas de casas solamente tienen la estructura, el asfaltado de sus calles tiene el sello de “provisional” pero croatas, bosnios y foráneos sabemos que quizá nadie mejore ese pavimento en décadas. El calor veraniego azota día y noche, y las chicharras cantan mientras disfrutan de los baños de un sol que amanece minutos después de las cinco de la mañana.
Medjugorje está compuesto por una iglesia, restaurantes, hostales que quieren ser hoteles de cuatro estrellas y tiendas que venden rosarios, figuritas religiosas, estampitas, cruces de todos los tamaños y botellas de Coca Cola a un euro. El turismo religioso ha reflotado la economía local.
¿Y qué tiene de atractivo? Pues que hay seis personas que afirman que diariamente allí se aparece la Virgen María desde hace más de 30 años. Es por ello que miles de personas de todo el mundo se sienten llamadas -o no- por la Madre de Dios a acudir a aquel lugar. Un llamativo suceso que permanece bajo el estudio del Vaticano.
Durante los días que estuve en aquel lugar me alojé en
Igualmente es impactante asistir a la Misa y a la adoración Eucarística cada uno de los días del festival. La música la pone una orquesta y un coro internacionales que hacen sonar himnos de algunas Jornadas Mundiales de la Juventud, o temas como “Come, now is the time to worship”. Canciones que elevan, traen a la mente buenos recuerdos y ponen los pelos de punta a causa de la emoción.
Una de las noches, el cineasta Juan Manuel Cotelo -director de La Última Cima– proyectó veinte minutos de “Mary’s Land“, un nuevo proyecto audiovisual en la que ha entrevistado a algunos de los videntes de Medjugorje y a otras personas que han cambiado su vida radicalmente tras su encuentro con Jesucristo. Según cuenta, quiso hacer una película sobre las apariciones marianas en Bosnia, después pensó que era mejor hacerla sobre la Virgen María, y al final decidió que lo más apropiado era que fuese un encuentro entre Dios y el espectador. No sé si conseguirá el éxito pero en la gran explanada detrás de la parroquia de Medjugorje nadie quitó la vista de la pantalla. La Providencia quiso que dos amigas y yo pudiésemos hablar un rato con Cotelo tras ver la proyección. Nos contó varias anécdotas. Entre ellas la que le sucedió con Vicka, una de las videntes. Dice que fue a su casa a entrevistarla y le dijo “Vicka, ¿rezamos una Ave María antes de la entrevista para estar en presencia de la Virgen? “; a lo que la vidente respondió con un “no” rotundo; la cara de Cotelo fue un poema ante tal contestación y le preguntó el porqué de tal negativa; Vicka dijo “la Virgen ya está aquí“. La película, según su director, estará en los cines en diciembre de 2013.
Mientras el festival juvenil continuaba había tiempo para subir el otro monte, elKriževac. En su cima -que supera los 500 metros de altura- hay una gran cruz de ocho metros que se puede ver desde casi cualquier rincón de Medjugorje y sus alrededores. Para llegar hasta ella hay que recorrer un Via Crucis. Es un monte en el que constantemente -me atrevería a decir que las 24 horas del día– se está rezando el Rosario. Es por ello que es común escuchar alaridos de dolor de alguna persona motivados por oraciones de liberación -algo similar a un exorcismo– que estremecen y se oyen a centenares de metros de distancia.
El fin de fiesta del 24ª Mladifest corrió a cargo de jóvenes brasileños, españoles y de Corea del Sur en la noche del lunes cinco de agosto. Cada país tuvo que preparar algunas canciones dedicadas a la Virgen María en el -según los videntes- día de su cumpleaños. Cabe destacar la participación española que interpretó “Todo tuyo soy, María”, de Gonzalo Mazarrasa, y la canción “Hágase”, de Migueli. Entre los más de 50 músicos, cantantes, coristas y bailarines españoles se encontraba Sharay Abellán, una de las participantes del concurso televisivo “La Voz”.
Fue ese mismo día a las once de la noche cuando en el Podbrdo -supuestamente- se apareció la Virgen María a Ivan, otro de los videntes. Algunos presentes afirmaron ver un haz de luz que nacía de la imagen mariana que hay en su cima. En aquella ocasión tampoco vi ni sentí nada. Lo que hice fue rezar.
Cuando estás en Medjugorje tres días parece que ha pasado un mes. Es algo en el que coinciden muchos de los que han estado. Es como si las agujas del reloj girasen más despacio. Allí la gente confiesa sus pecados después de veinte años de no hacerlo, comulga en Misa tras una década sin pisar una iglesia, reza y busca comenzar una vida nueva. ¿Se aparece la Virgen María? No puedo afirmarlo ni negarlo. Lo que está claro es que Medjugorje es de Dios.
Fuente: www.religionenlibertad.com