¡Queridos hijos! Hoy os doy gracias por todos los sacrificios que me habéis ofrecido en estos días. Hijos míos, os invito a abriros a mí y a decidiros por la conversión. Vuestros corazones, hijos míos, no están completamente abiertos a mí, por eso os invito de nuevo a abriros a la oración, para que el Espíritu Santo os ayude para que vuestros corazones se hagan de carne y no de piedra. Hijos míos, gracias por haber respondido a mi llamada y por haberos decidido a caminar conmigo a la santidad.
Archivo de mensajes
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Mensaje del 25 de Junio de 1996
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Mensaje del 25 de Mayo de 1996
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Mensaje del 25 de Abril de 1996
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Mensaje del 25 de Marzo de 1996
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Mensaje anual del 18 de Marzo de 1996 a Mirjana
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Mensaje del 25 de Febrero de 1996
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Mensaje del 25 de Enero de 1996
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Mensaje del 25 de Diciembre de 1995
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Mensaje del 25 de Noviembre de 1995
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Mensaje del 25 de Octubre de 1995
Mensaje del 25 de Junio de 1996
¡Queridos hijos! Hoy os doy gracias por todos los sacrificios que me habéis ofrecido en estos días. Hijos míos, os invito a abriros a mí y a decidiros por la conversión. Vuestros corazones, hijos míos, no están completamente abiertos a mí, por eso os invito de nuevo a abriros a la oración, para que el Espíritu Santo os ayude para que vuestros corazones se hagan de carne y no de piedra. Hijos míos, gracias por haber respondido a mi llamada y por haberos decidido a caminar conmigo a la santidad.

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