Queridos hijos, hoy os invito al amor. Hijos míos, amaros con el amor de Dios. En cada momento, en la alegría y en la tristeza, que el amor prevalezca y así el amor comenzará a reinar en vuestros corazones. Jesús resucitado estará con vosotros y vosotros seréis sus testigos. Yo me regocijaré con vosotros y os protegeré con mi manto materno. En particular, hijos míos, miraré con amor vuestra conversión cotidiana. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!
Etiquetas: Alegría, Amor, Amor de Dios, Conversión, Corazón, Jesús, Manto, Protegidos, Regocijo, Reinar, Resucitado, Testigos, Tristeza