¡Queridos hijos! Hoy os invito a abriros a Dios el Creador para que Él pueda transformaros. Hijos míos, vosotros me sois muy queridos. Yo os amo a todos y os llamo a estar más cerca de mí y a que vuestro amor por mi Inmaculado Corazón sea más ferviente. Deseo renovaros y guiaros con mi Corazón al Corazón de Jesús que aún hoy sufre por vosotros y os llama a la conversión y la renovación. A través de vosotros, deseo renovar el mundo, comprended, hijos míos, que vosotros sois la sal de la tierra y la luz del mundo. Hijos míos, os invito y os amo y, de una manera especial, os imploro ¡conviértanse!. Gracias por haber respondido a mi llamada.
Etiquetas: Amor, Comprender, Conversión, Corazón, Creador, Dios, Fervor, Guiar, Implorar, Jesús, Luz, Mundo, Renovación, Sal de la tierra, Sufrimiento, Transformar